lunes, 18 de febrero de 2013

"QUIERO VERTE TÚ"



Quiero verte Tú.

Quiero verte arriba, en lo alto, pero no la primera.

Quiero verte bella, radiante, pero no soberbia.

Quiero verte noble, grande, pero no altanera.

Quiero verte fuerte, firme, pero no piedra.

Quiero verte Tú, Tú la de siempre, Tú, quien eras...

© Mabel.


(Fotografía publicada en:)


lunes, 1 de octubre de 2012

"MI TRÉBOL DE LA SUERTE"


Mira que te estoy buscando, trébol de cuatro hojas,
Porque dicen que das suerte a aquel que te recoja.

También dicen que en tus hojas portas felicidad:
Una lleva la esperanza, otra contiene el amor,
En la tercera la suerte y en la cuarta el corazón.

Los Celtas ya te nombraban como una planta sagrada,
Junto a los cuatro elementos: tierra, fuego, aire y agua.
Amuleto protector de hadas y el signo Tauro.
En la baraja francesa, en la Biblia y en Irlanda.

No sé si te encontraré, pero no cejo en la hazaña.
Pero si no lo lograra y me hicieras mucha falta,
Con alguno de tres hojas, tal vez me conformara.
O ¿quizás la suerte venga sin tan siquiera buscarla?.

© Mabel.


Publicado en: HISTOREO
Revista Cultural de Libre Pensamiento
http://sites.google.com/site/wwwhistoreo/revista

"LA VUELTA AL MUNDO"


Dar la vuelta al mundo, ese es el sueño de cualquier amante de los viajes.

Ya lo hacían los antiguos mercaderes, aunque no eran viajes de placer, eran para vender sus mercancías.  Sorteaban desiertos, mares, montañas y mil y un peligros que les acechaban por el camino. Tenían sus rutas trazadas, rutas, que aun ahora, se recuerdan. No solo repartieron sus productos por todo el mundo, también sus conocimientos y su cultura.

En la actualidad, los viajes son más cómodos y rápidos y, los destinos tan variados, que se puede recorrer el mundo de punta a punta, tan solo hace falta algo difícil de tener, pero no imposible: Tiempo y dinero.

Viajar por placer, por vacaciones, una pequeña escapada de puente o fin de semana, cualquier momento es bueno para conocer otros lugares y empaparnos de su belleza y de su historia. No importa si es a un gran destino o a un lugar sencillo, lo importante es abrir tu mente, saber contemplar, disfrutar y tener sensibilidad para valorar las pequeñas pero grandes cosas. En cada lugar podemos saciar nuestra sed de aventura y dar rienda suelta a nuestra pasión por viajar.

Romper con la rutina, conocer otros idiomas, impregnarnos de nuevos olores, colores, sonidos... De su aire, su sabor... Podemos pasar del mágico mar al enigmático desierto, del sofocante sol a la frigidez del hielo, de la aventurera montaña a la placidez del campo, de los colores del otoño al austero estío. Descubrir la esencia de un lugar y su historia única en el mundo. Su arte, monumentos, iglesias, monasterios, museos, parques...

Unas veces buscaremos un escondite donde hablarle a nuestro corazón, otras un lugar para la pereza donde reencontrarnos con nosotros mismos y enriquecer nuestra alma, y otras veces buscaremos el bullicio, la fiesta, la gente, el ruido...



Los viajes invitan al descubrimiento de paisajes, de personas, de costumbre o de su gastronomía. De aprender a manos llenas y de vivir experiencias que luego puedes transmitir. De ampliar horizontes y vivir mil aventuras. A través de un viaje podemos valorar quienes somos y cómo vivimos, de lo que carecemos o de lo privilegiados que somos.



Cada uno de nuestros viajes estimula nuestra vida, renueva nuestro ánimo y nos coloca una gran sonrisa. Viajar es un verdadero deleite y la mayoría de las veces decimos que ojalá no se acabara nunca, pero al llegar a nuestro hogar nuestra frase más popular seguro que es: “¡QUÉ BIEN SE ESTÁ EN CASA!”.

© Mabel

Publicado en: HISTOREO
Revista Cultural de Libre Pensamiento
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lunes, 23 de julio de 2012

"BAJO EL ESTÍO"


 
¿Por qué recordar sólo un verano?. ¿Por qué no volver a recordar esos veranos que viví desde que era pequeña?.

 
Esos largos viajes con mis padres y mis hermanos. Los preparativos desde un mes antes, contando los días, que largo se hacía. El coche cargado hasta arriba, esa montaña de maletas en lo más alto. Un año entero ahorrando para ese momento, cuantos nervios e ilusión. Esas interminables caravanas que resistíamos a ritmo de cantos y juegos.

 
Playa, mar, sol, quemaduras, arena, olas, colchonetas, cubos y palas, gritos y risas, castillos de arena... "¡No, aun no, papis, quedémonos un poco más, por favor!"

 

 
A medida que íbamos creciendo nuestro estilo de viajes fueron cambiando. Montaña, viento, paseos, hierba, flores, mariposas, avispas, silencio, paz... “Se hace de noche, debemos volver, pero se está tan bien aquí...”.

 
¿Y los viajes con los amigos cuando ya volé de casa? Cuantas risas, canciones, bailes, abrazos, amores, trasnochar, cigarrillos sin esconderse, besos a medias, confidencias... “Ese chico me mira mucho, parece que le gusto...”

 
Es difícil elegir un sólo verano, muy difícil, todos tuvieron su encanto y guardo cada uno de ellos en mi memoria.

 
Pero si tengo que elegir uno de entre todos, elegiría aquel verano del 80 que fue cuando conocí al amor de mi vida.

 
El cosquilleo en el estómago, la incertidumbre, miradas y sonrisas, coqueteos. Emociones con cada cosa. Días que querías que durasen mil horas. Noches bajo las estrellas soñando, conociéndonos,  preparándonos, sin darnos cuenta, para el que ahora es nuestro presente...

 
Ahora mis veranos son distintos. Son veranos donde, junto al amor que conocí y que se quedó para siempre conmigo, recorremos países y ciudades disfrutando de su cultura y gastronomía. Viajamos hacia lo desconocido, hacia la libertad y el conocimiento. Renovamos energías y pintamos nuestro aura.

 
Cuantos veranos han pasado... cuantos... no desecho ninguno de mi vida, no podría, son parte de mí y de lo que ahora soy...  

 
© Mabel.

 
Artículo publicado en la revista:
"LA COLONIAL"
C.E.P.A. Mariano José de Larra (Pinto, Madrid)

viernes, 6 de julio de 2012

"SIETE VIDAS"


Apareces a lo lejos lentamente y dominando,
Ojos, oídos y olfato al unísono acechando,
Como un malabarista y la paciencia de un santo,
No hay ratón o pajarillo que no termines cazando.

Tan pronto me ronroneas cuando te tengo abrazado,
Como me gruñes y arañas cuando de mí te has cansado.
Te acicalas los bigotes y prosigues tu rutina,
Así es tu naturaleza, tu carácter con manías.

Compañero de las brujas y dicen que con siete vidas.
Muy querido y venerado, por sagrado te tenían,
Y hasta en el Antiguo Egipto momias de ti hacían.
 Menos mal que no eres negro porque delante no te querría.


© Mabel.

Publicado en: HISTOREO
Revista Cultural de Libre Pensamiento
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"HAZ LO QUE AMAS Y AMA LO QUE HACES"


Dice el diccionario que “ARTISTA es la persona que realiza o produce obras de arte”.

El arte consigue hacerte llegar a alcanzar un deleite de manera inmediata. Con él todo adquiere un carácter mágico. Nos transporta a lugares y momentos que han marcado nuestra existencia, incluso puede cambiar nuestro estado de ánimo. Alimenta el alma y estimula los sentidos.

Frente al arte confluyen la risa, el llanto, los miedos o el silencio. Talento, sensibilidad, pasión... Habilidad e imaginación. El arte se hizo para compartir, para hacerte protagonista y crear un vínculo entre ambos, el artista y tú. Permite expresar ideas, emociones y sensaciones. Es disciplina, perseverancia, responsabilidad  y respeto, es la extensión de uno mismo.

La música es, para mí,  el arte por excelencia, se visualiza de muy distintas maneras con el cuerpo.

El arte de unos brazos y unas piernas. Todo se transforma en movimientos, el cuerpo te habla, te cuenta una historia. Con cada giro y mil detalles de expresión, te hace alcanzar a un mismo son lo más alto. Es entrega a cada paso y un vaciarse por completo, dejándote inmerso en cada dibujo de su silueta. La pasión hecha baile.
 
El arte de unas manos. Diez prodigiosas plumas acarician las cuerdas de una misteriosa caja repleta de secretos. Se desmaya entre sus brazos muy cerquita del corazón. Forjador de fantasías y bendecido por un talento innato. Virtuosismo que cala en lo más profundo y te hace volar sin alas.


El arte de una voz. Pintor que dibuja la belleza en un escenario con cada una de las notas que salen de su garganta. Escultor que esculpe con mimo todas sus canciones, las moldea para darles una bella forma y con ello hacernos tocar el cielo. Arquitecto que línea a línea, palabra a palabra, es capaz de concebir y realizar su sueño y a la vez el nuestro.


Todos ellos son artistas que dedican a su obra todo el amor, con una riqueza humana y una voluntad única. Rebosantes de emociones, deleite, lucha e ilusión. Levantándose cada vez que caen en el camino. Artistas que con un pequeño gesto, pueden hacerte sentir alguien muy especial. Hacen lo que aman y aman lo que hacen y eso les hace grandes. Les hace brillar, son dignos de respeto, de admiración y cariño por todos los que les rodean. Y todo aquello que han conseguido no es fruto de la casualidad, es el resultado de mucho trabajo y esfuerzo.

Cuando el deber se convierte en pasión, eso es un sueño cumplido, una forma de vida, es vivir con entusiasmo todo lo que haces, y tanto se forja en ti que llega a ser tan necesario como respirar.

Decía la Madre Teresa de Calcuta: “Lo que importa es cuánto amor ponemos en el trabajo que realizamos.”

A David J., Poty, Carlos y David. Por todo esto y mucho más ¡GRACIAS!

© Mabel.

Publicado en: HISTOREO
Revista Cultural de Libre Pensamiento
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jueves, 29 de marzo de 2012

"CARITA DE MELOCOTÓN"


De un palito desplumado
Que ilusionados plantamos,
Después de años de espera,
Afloraste en primavera.

En verano nos deleitas
Con la llegada del fruto,
Que por fuera no hay quien toque,
Por barbudo y por velludo.
Pero por dentro jugoso,
Refrescante, dulce y sabroso.

En la China se decía
Que inmortal uno se hacía
Si tu fruto se comía.



Publicado en: HISTOREO
Revista Cultural de Libre Pensamiento


© Mabel.

"TWINGO"

Soy consciente de que para algunos lo que voy a relatar a continuación puede parecer exagerado, incluso ilógico, pero seguramente otros entenderéis perfectamente mis palabras y mis sentimientos.

Twingo llegó a nuestras vidas con apenas un mes, llegó inesperadamente. Era una bolita de pelo rubio, con los ojos muy grandes y, tan pequeño tan pequeño, que cabía en un bolsillo. Le pusimos por nombre Twingo porque se parecía mucho al coche que se llamaba así de moda en aquella época. Le decíamos que era “nuestro perrito adoptado”, porque en realidad era de mis padres, pero le cuidamos entre todos.

La convivencia al principio fue difícil, a veces agobiante, pero poco a poco se hizo un hueco en nuestras casas y en nuestro corazón. A medida que fue creciendo vimos cosas en él que nos parecían casi humanas, tanto, que llegamos a decir más de una vez: “a este perro le falta hablar”. Era increíble como entendía nuestros gestos.

Donde Twingo era más feliz era en el campo, era una delicia verle correr y revolcarse por el prado, y cuando los sembrados estaban muy altos se perdía en su interior, era muy gracioso verle dar saltos y asomar la cabeza sobre ellos, parecía una gacela.

Cuando mi padre se jubiló pensó que caería en depresión, pero Twingo le ayudó mucho. Le acompañaba a cada paso que daba y, le seguía tan de cerca, que le sacaba las zapatillas. Los dos eran inseparables y se estableció una comunicación entre ellos que hasta terminaron manteniendo un diálogo singular y único.

Twingo compartía con nosotros tanto los momentos de alegría como los de tristeza, era uno más de la familia, siempre lo teníamos en cuenta para la mayoría de las cosas que hacíamos. Nos sorprendía día a día, tenía algo especial, era de una nobleza infinita y repartía amor continuamente. 

Recuerdo aquella vez que mi padre estuvo mucho tiempo enfermo y postrado en cama, Twingo no se separó ni un momento de su lado, le miraba, gemía, suspiraba, incluso le daba pequeños ladridos. También recuerdo cuando mis padres se fueron varios días de viaje, Twingo apenas comió y bebió y casi  ni se movió de la puerta de entrada esperando su regreso. Cuando llegó el día de su vuelta, fue increíble que antes de que supiéramos que llegaban, él ya lo sabía, se puso muy nervioso, ladraba sin parar y corría a nuestro lado para decírnoslo. Y cuando mis padres entraron por la puerta con qué ímpetu saltó frente a ellos, brincaba tan alto que casi les mordía la nariz. Eso sí que era una verdadera muestra de afecto sincero, dependencia, de total lealtad, fidelidad, de un amor tan incondicional...

“Twingo, me encantaba cuando doblabas la patita derecha al sentarte, o cuando corrías al sillón a echarte sobre el sitio caliente que habíamos dejado. Eras el mejor vigilante, pequeñito pero nada te acobardaba, y los gatos y tú siempre a la gresca. Te llamábamos “la aspiradora” cuando te ponías debajo del que cortaba jamón esperando las miguitas que caían. Y ese día que nevó tanto y te sangraban las patitas al correr por la nieve. Cuantas piruetas y malabares nos hacías para conseguir tu galleta de premio. Lo que disfrutabas en el agua. Cuantos recuerdos vividos contigo“.

Estuvo muchos años con nosotros, pero una inevitable enfermedad se lo llevó, nunca olvidaré su carita  cuando ya sabía que se iba, su mirada, su entereza, su paz... Aun ahora, después de muchos años, le recordamos, porque formó parte de nuestra familia y de nuestras vidas.


© Mabel.


Publicado en: HISTOREO
Revista Cultural de Libre Pensamiento

martes, 21 de febrero de 2012

"GOTITAS DE VIDA"



Como una boca sedienta busco gotitas de vida,
Por los ríos, por las nubes, por glaciares escondidas.
Te presentas ante mí bajo tus muchos disfraces:
Dura, blanda, vaporosa o tremendamente fría.
Eres la valiosa savia que navega por mi cuerpo,
Un torrente de energía que me ayuda a seguir viva.

Todos te necesitamos y que poco te cuidamos.

© Mabel.

Publicado en: HISTOREO
Revista Cultural de Libre Pensamiento

"EN UN INSTANTE"

Guardo en mi cajita infinidad de momentos únicos e irrepetibles, cada uno de ellos lo atrapo dentro de ella y no lo dejo escapar, son un incalculable tesoro para mí. Guardo toda la magia de la vida, las formas, los colores... Guardo el frío, el calor, la alegría de vivir, la soledad... Cada uno de ellos vive conmigo y me habla, me grita, me llama, me emociona, me da energía, me deja sin respiración, me engrandece el alma...

Y cuando la abro... ¡Qué bello espectáculo tengo ante mí! ¡Qué sutiles matices! No puedo quedarme indiferente ante tal esplendor. Cada color me embelesa como si contemplara un cuadro pintado al óleo, su luz, sus sombras... El mensaje que transmite es tan intenso que, además de sentirlo, puedo tocarlo, incluso, olerlo... En ella no existen fronteras, ni censura, ni normas, yo elijo y decido con total libertad. Es mi momento, un inmenso entusiasmo se apodera de mí.

Me siento bendecida por poder gozar del sol y la luna de cada día. Por ser espectadora de soberbios amaneceres y atardeceres. Por saber escuchar a la naturaleza que nos persigue y casi ni lo notamos. Por poder pisar las piedras de un camino forjado por el tiempo. Por estremecerme al mirar al cielo cambiante, unas veces dulce y otras amenazante. Por el privilegio de contemplar esa nube que ya nunca volverá a ser igual. Por la magia de esa gota de agua en la que me reflejo. Por descubrir la estilizada sombra de aquel árbol que cambia en cada estación y que envejece conmigo. Por la sonrisa de mi madre, el abrazo de mi padre, el beso del amor de mi vida... Soy una enamorada de todo aquello que veo, de todo aquello que me transmite una sensación singular y que consigue que me erice; una sensación que entra por mis ojos, llega hasta mi mente y se asienta en mi corazón.

He descubierto a través de la fotografía cómo puedo reflejar todo aquello que llevo dentro, todo aquello que quiero expresar. Que cada una de mis imágenes hable por mí, hable de mí, de cómo soy, de cómo siento. Que cada una hable de cómo veo el mundo y lo importante que es para mí cada pequeña cosa. Es mucho más que una diversión, he pasado de ser una mera aficionada a hacer de todo esto parte de mi vida. Cada fotografía es como un milagro y, con ella, curiosamente, puedo parar el tiempo para, una y otra vez, revivirlo.

Me ha enseñado a ser observadora y a esperar en mi escondite o, al descubierto, sin temor. Me ha enseñado a ser paciente y a aguardar serena el momento oportuno. A mirar a mi alrededor con un prisma diferente. Cada fotografía es como un capricho que de repente tienes y ves que puedes conseguirlo o, como una meta que te pones y, al final, con perseverancia y constancia, alcanzas.

Todo es tan sencillo y a la vez tan grande... Algo me llama la atención, mis ojos miran, observan, enfocan, y con la fuerza de mi interior mi dedo pulsa y recoge ese momento eternamente, para más tarde compartir esta instantánea con los demás. Tan solo con un suspiro guardo cosas maravillosas en mi cajita de recuerdos... tan solo en un segundo... en un momento... en un instante...

© Mabel


Publicado en: HISTOREO
Revista Cultural de Libre Pensamiento